El 29 de noviembre de 1925 amaneció con una emoción especial en la Valencia futbolística. La inauguración de Vallejo según Diario de Valencia: crónica de un estreno que marcó al Gimnástico.
Había una expectación creciente que recorría la ciudad. Y el epicentro de esa agitación se materializaba en los alrededores de la calle Alboraya.
Había trasiego y expectación.
El motivo era diáfano. Y tenía al Gimnástico como eje focal. La sociedad decana del balompié local estaba a punto de presentar su nuevo campo de deportes.
Diario de Valencia, al servicio del Gimnástico
Diario de Valencia anunciaba el acontecimiento con entusiasmo. Este rotativo siempre siguió con escrupulosa atención el latido del corazón del Gimnástico.
Este medio afirmaba el martes 1 de diciembre que el recinto sería “el más espacioso de Valencia y uno de los mejores de España”. No parecía una exageración. Más bien era el reflejo de la magnitud real del proyecto que se inauguraba el domingo 29 de noviembre.
Vallejo, compromiso del decano
La inauguración de Vallejo según Diario de Valencia: crónica de un estreno que marcó al Gimnástico.
El artículo insistía en que el decano era la sociedad más entusiasta de la región.
También recordaba que el club demostraba día tras día su amor por la ciudad y por el deporte.
Vallejo era la prueba final de ese compromiso. Era una obra levantada con esfuerzo y con sacrificio, pero también con la convicción de que Valencia merecía una instalación moderna y digna. El campo nacía con una intención clara: servir al crecimiento del club y al progreso del deporte en la ciudad.
Un emplazamiento muy conocido
El nuevo recinto se levantaba sobre un espacio muy conocido para los vecinos.
Era el antiguo huerto de la familia Martínez de Vallejo, un lugar lleno de vida que durante años había sido un jardín cuidado.
Diario de Valencia describía con precisión su ubicación. Estaba situado “entre el Convento de los Padres Carmelitas, el Colegio de Vocaciones, la calle de Alboraya y la estación de los Ferrocarriles Económicos”.
Aquel entorno cotidiano se transformaba ahora en el foco del fútbol gimnastiquista. La inauguración de Vallejo según Diario de Valencia: crónica de un estreno que marcó al Gimnástico.
Un campo de fútbol de 110 metros por 60
El periódico detallaba la transformación del huerto en un complejo deportivo moderno. Las cuarenta hanegadas de tierra habían sido convertidas en un campo de fútbol de 110 metros por 64.
El terreno estaba rodeado por una pista de atletismo y ciclismo con un peralte de cuatro metros, algo muy avanzado para la época. Era un espacio amplio, funcional y pensado para acoger múltiples actividades deportivas. Representaba una apuesta clara por la modernidad y por un modelo de instalación que apenas existía en la ciudad.
El graderío, construido en cemento, ocupaba un lugar central en la crónica. El diario explicaba que “se habían levantado cinco tribunas en general y seis en preferencia”.
No obstante, el proyecto final contemplaba hasta veintidós, siguiendo un diseño que recordaba al de la Plaza de Toros.
Aquella disposición “permitía ver perfectamente todo el campo, incluidos los córners, sin necesidad de levantarse del asiento”. Era un detalle innovador que elevaba la experiencia del espectador en una Valencia que aún no estaba acostumbrada a instalaciones de este nivel.
Espacios para vestuarios y duchas
El terreno de juego, situado un metro más abajo que las gradas, ofrecía una perspectiva envolvente.
La antigua casa del huerto había sido reformada para acoger los espacios destinados a los futbolistas. Los vestuarios, las duchas, los baños, la enfermería y otras dependencias necesarias para el día a día del club se alzaron en ese espacio.
Los aficionados que entraron por primera vez en Vallejo quedaron sorprendidos por la calidad de la obra.
Muchos de ellos elogiaron el conjunto y expresaron el deseo de ver completado pronto el proyecto definitivo.
La inauguración de Vallejo según Diario de Valencia: crónica de un estreno que marcó la vida del Gimnástico, coincidió con un partido del Campeonato Regional.
El sorteo deparó un Gimnástico-Saguntino.
Se trataba de un duelo simbólico entre el club decano de Valencia y una entidad joven que crecía con fuerza. La afición llenó el campo. Quería presenciar el estreno de la instalación y comprobar que el proyecto respondía a las expectativas generadas durante meses.
Silvino, primer goleador
El partido no tuvo una extraordinaria historia ante la superioridad de la escuadra gimnástiquista.
Silvino fue el primer goleador del feudo de Vallejo.
El atacante rentabilizó una acción ejecutada por Pérez para anotar el primer gol de la historia del coliseo gimnastiquista.
Silvino no era un desconocido en el ecosistema del Gimnástico. Era un jugador con abolengo y con tradición en las filas de la institución nacida al amparo del Patronato de la Juventud Obrera en 1909.
Su filiación al Gimnástico parecía a perpetuidad por aquellos tiempos, aunque en el fútbol no existen dogmas de fe. Ni verdades reveladas como quedaría patente años más tarde.
La inauguración de Vallejo según Diario de Valencia: crónica de un estreno que marcó al Gimnástico. Aquella jornada Silvino inscribió su nombre al nacimiento de Vallejo.
El encuentro terminó con una victoria clara por 5-0.
Diario de Valencia captó con precisión la trascendencia del momento. No era un partido más. Era el comienzo de una nueva etapa para el Gimnástico y, décadas más tarde, para el club que surgiría de la fusión con el Levante. Este rotativo convirtió la inauguración en un relato épico y detallado.
Vallejo no era solo un campo de fútbol. Era una obra moderna, ambiciosa y necesaria. Era también un símbolo del esfuerzo colectivo de un club y de una afición que luchaban por mantener su supremacía en el mapa deportivo de la ciudad.
Aquel 29 de noviembre de 1925 fue inaugurado un símbolo que formaría parte de la memoria sentimental del deporte valenciano. La inauguración de Vallejo según Diario de Valencia: crónica de un estreno que marcó al Gimnástico.


