Trece partidos. Eso es todo lo que jugó el delantero Christian Riganò con el Levante UD. Y sólo ganó uno. El día en el que el Almería sucumbió 3 a 0 en el Ciutat de València. Pero aquel match fue inolvidable para el italiano porque marcó los tres goles y se convirtió en el primer futbolista granota en hacer un hat-trick en Primera División. Aunque esa temporada 2007/08 fue aciaga para el levantinismo. Fue un calvario de principio a fin y el equipo descendió matemáticamente tras perder en Huelva 2 a 0 en la jornada 34, a falta de cuatro para que concluyera la competición.
Christian Riganò el día de su presentación con el Levante UD en agosto de 2007. A la izquierda con el presidente Julio Romero y a la derecha tocando el balón con la indumentaria granota
La campaña anterior, que supuso la vuelta de los de Orriols a la elite tras el ascenso de Lleida de 2006, fue claramente de menos a más. En la primera vuelta el equipo (dirigido por López Caro) no acabó de funcionar. Y tras la jornada 18 (con el once granota a un punto del descenso) Abel Resino se convirtió en el nuevo técnico y recondujo la situación hasta lograr la permanencia matemática después de golear 4 a 2 al Valencia CF en la penúltima jornada.
El nuevo curso 2007/08 arrancó con la intención de lograr el objetivo de la salvación con más celeridad y, sin embargo, todo terminó de la peor manera posible, con la vuelta de la entidad a la categoría de plata. Fue la temporada más italiana del club decano valenciano. Al gran Damiano Tommasi (que había triunfado el año anterior y que provocó el mítico penalti del Santiago Bernabéu con el que el Levante UD venció por primera vez en su historia al Real Madrid) se le unieron tres italianos más: El portero Storari, el defensa Cirillo y el delantero Riganò. Y aún hubo un quinto porque De Biasi sustituyó como entrenador a Resino tras las siete primeras jornadas en las que el equipo tan sólo sumó un punto (tras empatar a cero en el Ciutat de València con el Murcia) y perder contra Mallorca, Racing de Santander, Athletic Club, Osasuna, Barcelona y Zaragoza.
El 29 de septiembre de 2007 el Barça de Messi derrotó al Levante en el Ciutat. En la imagen el once de aquel día. De izquierda a derecha y de arriba abajo Cirillo, Riganò, Berson, Storari, Miguel Ángel, Álvaro, Sávio, Descarga, Juanma, Riga y David Castedo
Riganò había sido una apuesta personal de Pedro Villarroel (principal accionista y presidente en la sombra del club) que decidió incorporarle a la entidad granota con una ficha (para muchos sorprendente por su cuantía, teniendo en cuenta, además, que el italiano llegó con treinta y tres años) de un millón doscientos mil euros. También es cierto que el de Lípari venía de hacer una temporada excelente con el Messina en la Serie A, donde marcó diecinueve tantos y se convirtió en el tercer máximo goleador del Calcio italiano. Su más que destacado físico con 1,91 m. de altura (aunque con cierto sobrepeso) le hacía ser, a primera vista, un delantero que imponía respeto a las defensas rivales.
Debutó como levantinista en la segunda jornada, en el empate a cero que los granotes cosecharon contra el Murcia. Aquel pírrico punto fue el único que se obtuvo en los diez primeros encuentros. Los de Orriols estaban hundidos en el fondo de la clasificación y la salvación quedaba ya a siete puntos. Gianni De Biasi llevaba tres partidos como nuevo técnico pero la dinámica seguía siendo la misma.
Riganò a la izquierda en el Ciutat de València. En el centro y a la derecha en la Ciudad Deportiva de Buñol charlando con el entrenador De Biasi (con Javi Fuego a sus espaldas) y dando unos toques al balón
El Bombardero de Lípari (apodo con el que fue bautizado en su país durante su mejor etapa como futbolista) al menos abrió su cuenta goleadora como azulgrana en la cuarta jornada, aunque el tanto que le hizo al Athletic Club no sirvió de nada, ya que los vascos vencieron con un doblete de su delantero Aduriz. Estaba claro que su rendimiento estaba quedando muy por debajo de lo que el club y la afición esperaban. Y entonces llegó el match… El 4 de noviembre de 2007 el Almería dirigido por Unai Emery (que con treinta y seis años afrontaba su primera temporada como entrenador en Primera División) visitó el Ciutat de València. Y ese día el italiano hizo el partido (o más bien, la primera media hora) de su vida. Porque en el minuto 1 (segundos después del pitido inicial), en el 15 y en el 34 Riganò marcó tres goles como tres soles, ante una grada ojiplática que no salía de su asombro.
Riganò el día en el que consiguió el primer hat-trick del Levante UD en Primera División. Arriba tras marcar al Almería en el primer minuto (con Rubiales y Tommasi corriendo a felicitarle) y debajo celebrando también el segundo y el tercer gol (cuando se subió a hombros a su compatriota Cirillo)
Pero aquella sublime actuación del trasalpino y ese gran triunfo granota por 3 a 0 fue sólo un espejismo en el desierto. Nada cambió en la trayectoria negativa del equipo. En el siguiente partido se perdió en Valladolid y aunque en la jornada decimotercera se logró una victoria épica frente al Betis por 4 a 3 los granotes entraron a continuación en barrena cayendo consecutivamente contra Getafe, Recreativo de Huelva, Espanyol y Deportivo de La Coruña. Con estos tres últimos encuentros contra andaluces, catalanes y gallegos Riganò concluyó su paso por Orriols. Era la jornada diecisiete, el Levante era farolillo rojo destacado (con sólo siete puntos y la salvación a once) y el de Lípari decidió volver a su país.
El italiano en la derrota del Levante UD frente al Recreativo de Huelva del 9 de diciembre de 2007
Riganò había recibido una oferta en firme del Siena de la Serie A italiana y solicitó rescindir su contrato en el mercado de invierno. El club, ante la desastrosa marcha del equipo y el bajo rendimiento del atacante (unido al hecho de que con su adiós se iba a ahorrar una de las nóminas más altas de la plantilla) dio el okey a la operación. De esta manera, tras una trayectoria de menos de cuatro meses como granota, Christian Riganò dejó de formar parte del Levante UD a finales de diciembre de 2007.
Arriba Riga con Riganò y otras dos imágenes de su paso por el Levante UD. Debajo su camiseta